El miedo se apoderó de Rafa Nadal en la final de Roland Garros. No fue por el marcador, que siempre estuvo a su favor, sino que la culpa fue de un manifestante anti-gay que saltó a la pista con una bengala en la mano, con una máscara en la cara y sin camiseta.
El de Manacor se fue corriendo visiblemente asustado, aunque por suerte los agentes de seguridad actuaron rápido y no pasó absolutamente nada. La policía detuvo a 12 manifestantes del grupo de activistas ‘Hommen’, que desplegaron en pancartas frases como «Hollande dimisión» o «Ayuda, Francia pisotea los derechos de los niños».