El asalto al número uno del ranking ATP tendrá que esperar. Andy Murray puede respirar tranquilo porque Rafa Nadal no fue capaz de acceder a los cuartos de final de Wimbledon, y eso que no se dio por vencido en ningún momento.
Llegó a levantar dos sets en contra y hasta cuatro bolas de partido. Fue una remontada épica muy de su estilo, pero finalmente sucumbió en el quinto y definitivo set.
Un quinto set interminable
El marcador final fue de 6-3, 6-4, 3-6, 4-6 y 15-13 tras cuatro horas y 47 minutos de intensa batalla. Nadal no estuvo demasiado fino en los dos primeros sets, pero nunca bajó los brazos y se vio dándole la vuelta a la tortilla.
Los 23 saques directos que logró no le sirvieron para derrotar a Gilles Müller. El luxemburgués, que es de esos que se mueven como pez en el agua sobre hierba, aprovechó su gran saque y ese repertorio de golpes que tanto ayudan a ganar puntos en Wimbledon.
Un rival muy duro en hierba
John Millman, Donald Young y Karen Khachanov no le habían planteado tantos problemas. Müller, que no es ningún chaval (tiene 34 años), salió a jugar su partido sabiendo que tenía opciones reales de ganar. En tierra batida ni loco, pero en hierba cualquier cosa podía pasar.
Nadal, que a lo largo de su carrera deportiva ha levantado dos sets en contra, quería encomendarse a las gestas logradas en Wimbledon. En 2006 lo logró ante Robert Kendrick y un año después lo volvió a hacer frente al ruso Mikhail Youzhny. Esta vez no pudo ser, pero se despide del tercer grande de la temporada con la cabeza bien alta.