Todavía estoy intentando averiguar qué es lo que le sucedió durante el segundo juego del segundo set de la final del Masters 1000 de Shanghái. Novak Djokovic empezó a hacer cosas raras al golpear la pelota. Tenía problemas con los apoyos y en más de una ocasión estuvo a punto de terminar por los suelos. Incluso llegó a perder la raquetas tras un golpe de derechas sin aparente dificultad.
¿Por qué? Eso mismo es lo que se preguntaba mientras miraba a su box en busca de una explicación convincente. En la rueda de prensa posterior le preguntaron por el tema, pero él se limitó a decir que son cosas que pasan como si fuera lo más normal del mundo.